Vivir trabajando con algo que te gusta realmente no es tan difícil, una vez que logras establecerte y encontrar un lugar donde la cultura se considera importante.
El tatuaje llego a mi vida a finales del 2014 y principios del 2015, lamentablemente por unos meses me tomé un break porque no tenía la suficiente confianza para entrar al mundo del tatuaje, pero luego de mi break con el apoyo de algunos amigos que creyeron en mi trabajo volví a tatuar y dedicarme más a los estilos que me cautivaron desde un principio como son el Blackwork, el Japonés Brasileño (Oriental), el Abstracto y el Geométrico.
Crecer en una ciudad como São Paulo me ayudó mucho a interesarme por el arte y la cultura y a estar en la escena underground donde conocí e hice amistad con todos los artistas del tatuaje y amigos artistas que todavía tengo.
Como artista, siempre he buscado expresarme visualmente, pero también tener una esencia que trascienda la estética. El tatuaje nunca fue mi primera opción, pero, como el amor, siento que lo entiendo y trato de expresarme a través de él.